En las obras de restauración de los dos tramos de la muralla aparecieron los muros correspondientes a las viviendas que comenzaron a construirse adosadas a la cara interna de la muralla a partir de 1367 al poner a la venta el rey navarro Carlos II el Malo los solares existentes dentro del recinto..
Durante siglos, parte de los vecinos de San Vicente vivieron dentro del recinto (algunos hasta comienzos del siglo XX). Sin embargo, tras el hundimiento de parte de la muralla y de varias casas en diciembre de 1897, se aceleró el abandono de la zona, propiciado por las autoridades.
Las excavaciones arqueológicas han permitido recuperar materiales arqueológicos, especialmente, cerámicos, acumulados durante la ocupación del recinto, desde el siglo XIV hasta el XIX. Como estos espacios terminaron siendo abandonados, se trata de fragmentos de piezas vertidos en escombreras. Actualmente están siendo catalogados antes de ser entregados al Museo de La Rioja.
Como dato de interés, en la base de las excavaciones se descubrieron los restos de un basurero prehistórico, de fines de la Edad del Bronce, sin relación alguna con el asentamiento medieval. Aparecieron fragmentos de cerámica urdida (elaborada sin torno) y algunos restos de huesos de animales dentro de una tierra grisácea muy fina.
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