A los pies de la sierra de Cantabria...

San Vicente de la Sonsierra

La prehistoria: mapa mental

La Prehistoria es, con mucho, la etapa más larga y la más desconocida de nuestra vida sobre el planeta. Poco más o menos todo el mundo tenemos una idea de qué es y qué pasó, aunque puede que nos cueste dar una aproximación temporal y seguramente casi todo lo que sabemos está sacado del cine y los dibujos animados, con las lagunas y errores que eso conlleva, algunos más evidentes que otros. Por ejemplo:

No, los cavernícolas no vivieron a la vez que los dinosaurios. No, no se sujetaban el pelo con un hueso. No, no tenían una dentadura estupendísima ni se hacían bikinis de piel de gamo. No, las mujeres no se quedaban recogiendo fruta y cuidando de los niños mientras los hombres salían a cazar.

Para ubicarnos un poco, vamos a hacer un brevísimo barrido por las épocas de la prehistoria, pero recordando en todo momento que las limitaciones cronológicas son aproximadas y que los cambios no tuvieron lugar a la vez en todo el continente, sino que se iban expandiendo gradualmente y puede haber variaciones de varios siglos o incluso milenios según dónde miremos:


-    Paleolítico Inferior: “paleo” = antiguo; “lithos” = piedra. Se golpeaban las piedras para partirlas y conseguir un filo con el que cortar. El inferior es la primera parte del paleolítico y abarca desde hace unos 2,6 millones de años hasta hace unos 127.000 años. Es la época en que aprendimos a fabricar herramientas, de los varios tipos de Homo, de Atapuerca, de la inversión magnética Brunhes-Matuyama (antes de eso, las brújulas hubieran apuntado al Polo Sur y, aunque parezca que esto no le importa a nadie, en arqueología ayuda a datar algunos yacimientos), etc.

-    Paleolítico Medio: es la segunda fase del paleolítico, va desde hace 127.000 hasta hace unos 35.000 años. En Europa es la época del Neanderthal (ojo a cómo se escribe, nada que ver con los dientes, que todavía vemos que en algunos sitios escriben neardental y se quedan tan anchos).

-    Paleolítico Superior: es la última fase del paleolítico, va desde hace unos 35.000 años hasta hace unos 12.000 años. Es la época de los bisontes de Altamira y en la que el homo sapiens sapiens (nosotros) se hace con el control del planeta y desaparecen los neanderthales, aunque parece que no es que los matáramos, como creíamos hasta hace poco, sino que nos apareamos con ellos y los absorbimos.

-    Epipaleolítico o Mesolítico: “epi” = por encima de; “meso” = en el medio. Es una época intermedia, de transición entre el paleolítico superior (por eso lo de “por encima de”) y el neolítico, y tuvo lugar entre hace 12.000 y 10.000 años. Se estaba acabando la época de glaciación, lo que cambió la flora y la fauna y, por lo tanto, la forma en que vivíamos y conseguíamos alimentos. Con el deshielo fue quedando al descubierto mucho territorio en el norte de Europa hacia el que se fue desplazando la fauna (y nosotros detrás, claro, que había que comer). Los grandes animales como mamuts, bisontes, osos de las cavernas…, lo que llamamos megafauna, se extinguieron y cambiamos nuestro objetivo hacia presas más pequeñas y que requerían otras formas de caza, como jabalíes, ciervos, conejos... También parece que comíamos muchos caracoles y moluscos. Al ser un periodo de transición, encontramos mezcla de la tecnología del paleolítico con la del neolítico, y no dura lo mismo en todas partes pues cada grupo de población iba a su ritmo.


-    Neolítico: “neo” = nuevo. Significa piedra nueva, haciendo referencia a la nueva forma de fabricar las herramientas. Ahora ya no nos limitábamos a golpearlas para hacer saltar trozos, sino que pulíamos las piedras para afilarlas. En Europa y Oriente Próximo empezó hace unos 10.000 años hasta el 5.000 a.C. aproximadamente, aunque en la Península Ibérica lo contabilizamos desde el 5.500 a.C. hasta el 3.000 a.C. (ojo, aquí ya no decimos “hace” sino “a.C.”, así que descontamos 2.000 años de golpe). Aprendimos a cultivar las plantas y a domesticar a los animales, por lo que ya no necesitábamos migrar detrás de los rebaños para cazarlos. Empiezó la sedentarización: nos quedamos fijos en un sitio y surgieron las primeras ciudades. Producíamos más de lo que consumíamos así que generábamos excedentes que podíamos acumular y con los que comerciar. También había más tiempo libre para desarrollar otras tareas, y pudimos permitirnos liberar totalmente a algunos individuos de la producción de subsistencia para que se dedicaran a otras tareas como fabricar herramientas, lo que hizo que se especializaran, desarrollando y mejorando la tecnología. Aunque también se liberaron algunos para dedicarse a la religión o a ser jefes tribales. Surgieron las primeras grandes civilizaciones: egipcios y mesopotámicos. Hacia el final de este periodo empieza la época en la que se ambientan las historias del Antiguo Testamento. En el sur de la Península Ibérica aparece el Megalitismo hacia el 3.700 a.C.

-    Edad del Cobre (Calcolítico): en Oriente Próximo empieza hacia el 4.000a.C., pero en la Península Ibérica va del 3.000 al 2.000 a.C. más o menos. Se desarrolló la ganadería ya no sólo para consumir su carne sino que también aprendimos a aprovechar la leche y la lana, dando lugar a la “revolución de los productos secundarios”. Empezó la metalurgia con el cobre, el uso del carro (¡inventamos la rueda!) y del arado. Es la época de la cultura del vaso Campaniforme en casi toda Europa y de Los Millares en Andalucía. Cerca del Mar Negro surgieron las culturas de los kurganes (enterraban a sus muertos en túmulos llamados kurgán) que, gracias a la domesticación del caballo, se convirtieron en pueblos pastores nómadas que se expandieron por Europa y Asia dando lugar a las distintas lenguas indoeuropeas. Aunque sobre esto de los indoeuropeos hay mucho que averiguar aún y, según a quién leas, opina una cosa o la contraria.

-    Edad del Bronce: en Europa y Oriente Próximo va del 3.300 al 1.200 a.C., pero en la Península Ibérica la contabilizamos del 2.000 al 700 a.C. aproximadamente. Conviven los pueblos sin escritura (están en la prehistoria), pueblos con escritura (han entrado en la historia) y pueblos que, aunque ellos no tienen escritura, otros pueblos vecinos sí han escrito sobre ellos (es un estado intermedio al que llamamos protohistoria). Es la época de las culturas de El Argar y de Cogotas I. Desde Europa vinieron pueblos campesinos que, en lugar de enterrarse, incineraban a sus muertos y enterraban las cenizas dando lugar a los Campos de Urnas. Los fenicios estaban comerciando por el Mediterráneo y fundan la ciudad de Gadir (Cádiz). En el Mediterráneo oriental es la época de la Guerra de Troya, del laberinto del Minotauro, de cuando se ambientan La Ilíada y La Odisea.

-    Edad del Hierro: también aquí la cronología cambia mucho según de qué zona hablemos, pero en general podemos hacernos idea de que en la Península Ibérica va del 700 al 200 a.C. aproximadamente, más tarde que en el resto de Europa, donde habría empezado hacia el 1.200 a.C. Se empieza a trabajar el hierro, que es más complicado que el cobre o el bronce pero también es más resistente. Los griegos, que también estaban comerciando por el Mediterráneo, fundan Ampurias. Es la época de la Dama de Elche en el pueblo Íbero, de Cogotas II, de vivir en castros, que son poblados fortificados en lo alto de los cerros para defenderse de los ataques enemigos (esto a los de San Vicente nos suena, ¿verdad?), de los Toros de Guisando, de Aníbal Barca montado en elefante cruzando los Pirineos, de Berones, Pelendones, Várdulos, Vascones, Autrigones… y, termina con la invasión de la Península Ibérica por parte de la República de Roma.

Quizá te hayas dado cuenta de que hablamos siempre de lo que pasaba en Europa y, como mucho, en el Mediterráneo (norte de África y Próximo Oriente). ¿Significa eso que el resto del mundo seguía estos mismos cambios? ¿Significa que fuera de Europa no había gente, avances tecnológicos ni cultura? Rotundamente no. Esto se debe a lo que llamamos “eurocentrismo”, que hace que sólo nos fijemos en lo que nos afecta directamente y utilicemos nuestra experiencia como referente para el resto del planeta. El origen de esta mentalidad en el estudio de la historia viene del siglo XIX, cuando los primeros arqueólogos empezaron a hacer sus grandes descubrimientos y a elaborar un discurso que explicara el origen de los pueblos europeos enfocándolo siempre desde el punto de vista de la sociedad económicamente dominante en esa época, que ellos consideraban más desarrollada, más elevada cultural y éticamente, y considerando la historia un proceso lineal por el que lo más antiguo es sinónimo de peor, y lo más moderno y parecido a lo nuestro, es mejor. Es decir, mirándose el ombligo. Es una mentalidad injusta y nos provoca una gran ignorancia de lo que pasaba en otros continentes, pero cuesta mucho cambiar las costumbres heredadas desde hace siglos.

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